o influenceD by?
¡Ops! Los otrora llamados 'líderes de opinión'
se han multiplicado como setas y han devenido
en histriónicos 'influencers' hogareños.
Laboriosos/as generadores/as de miles,
millones, de 'likes' (datos).
Influenciados por megaempresas que
obtienen (quid pro quo, a bajísimo coste, y
gracias a esos datos) tremendos b€n€ficios mediante la super rentable explotación de
publicidad online ultra-segmentada.
'Influyentes' masivos, cada día más
párvulos, con expertise acelerada desde
la cuna gracias sus dudosamente fidedignas
fuentes omnitemáticas:
smartphones, web browsers, IA, FFF:)...
Ellos/ellas exponen alegremente por las
redes conceptos de escaso rigor formativo.
sí generan contenidos con sustancia y valor
cultural, educativo, científico, y hasta de
entretenimiento, de muy alta calidad.
Pero una mayoría difunde a raudales tonterías
que –para colmo– se tornan VIR@LES,
y muy virulentamente.
Idioteces como: "Hagamos un desafío para
ver quién se come más m·c·s sin vomitar"...
El cerebro reptiliano continúa muy activo
en cientos, miles, millones de congéneres..
"¡Hey! Miles de millones de moscas no pueden
estar equivocadas, ¡comamos k-k!".
Bien dijo Einstein:
"Hay dos cosas que no tienen límites,
el universo y la estupidez humana...
y del universo no estoy tan seguro". ☺︎
Cada sistema complejo es tan veloz como
su parte más lenta y tan fuerte como
su parte más débil.
Por eso el prudente concepto informático
'GIGO' (garbage in, garbage out) perdura:
Lo que entra como basura, sale como basura
(incluyendo a los gobiernos :)
Los llamemos en inglés, español o sánscrito,
analógica y/o digitalmente, otros clásicos
actores del mercadeo conservan su función.
Los 'price makers' fueron, y siguen siendo, oligopólicos formadores de precios.
Aquellas estrategias de mercadotecnia
del siglo XX, basadas en empáticas encuestas
callejeras personalizadas, dejaron lugar a la
insaciable acumulación y cruce de datos
privados sensibles y vulner@bles,
hoy accesibles fácilmente para cualquier
teenhacker en milésimas de segundo.
(Con tecnología que sorprendería a Carl
Sagan, o a cualquier genio de la ciencia ficción,
se puede chupar info hasta del ermitaño que
intenta aislarse del mundo para meditar en
una recóndita cueva subterránea).
Estamos atrapados sin salida en una
evolución tecnológica exponencial
irrefrenable. A menos que no utilicemos cibercomunicaciones. O que lo intentemos
desde dentro de una bolsa faraday
o del poco eficiente 'cono de silencio'
del Super Agente 86, Maxwell Smart.
Nada entr@rá, pero tampoco s@ldrá.
S@bio consejo de Harari:
Ante el permanente bombardeo de
información tendenciosa, intrusiva, a veces
de autenticidad muy difícil de comprobar
(aun con las nuevas herraapmientas de
instantánea detección de textos generados
–o degenerados– por AI, GPT3, ó 4, ó 5...),
creo muy pragmático y valioso
este consejo de Yuval Noah Harari:
"lo más importante es
SABER QUÉ OBVIAR".
Estamos llegando a
un gran punto de inflexión.